Viaje Infinito

Bitacora del Viaje de las multiples personalidades que tengo: la reportera tribulete, chifis, chivis,cony, silvia y chivigon entre otras

noviembre 26, 2008

::: miedo causado por un texto :::

fue en este año, no recuerdo en que mes, pero ya tiene rato y fue después de agosto. en un boletin de clubcultura.com lei un escrito que habla de una persona que murio a causa de una bomba que habia en su horno microondas que se activo al cabo de cierto tiempo de uso, que el estallido del microondas expulso ciertos gases que partieron a la persona en dos como una navaja.. a partir de esa lectura cada vez que hago un crossant o alguna otra cosa que calento en dicho artefacto me pongo a pensar si éste también tiene una bomba, me entra un miedo el ver los números en cuenta regresiva y el sonido que emite al culminarse el tiempo que he marcado, a veces lo detengo faltando uno o dos segundos pero la idea de que pase algo...

quizás la lectura da para otra interpretación pero que mas da yo me quedo con la mía. les dejo el texto, ojalá lo lean.


Blog: Agustin Fernandez Mallo

Radiación de fondo (Fanfiction nº1)

El asunto es el siguiente:

1

Un tipo aparece muerto, partido en 2, en un apartamento de Torrevieja, Alicante. Se deduce que el microondas, tras explotar, expulsó los gases con tanta fuerza y tan localizadamente en una región del espacio que actuaron de navaja gigante. El tronco ha quedado apoyado en el suelo de la cocina, vertical, y las piernas, aún unidas por lo que quedó de pelvis, tiradas junto a la nevera. El resto del cuerpo está intacto, hasta las gafas de ver reposan en el puente de la nariz.


La Guardia Civil ha determinado que la bomba fue colocada en el interior del microondas, de manera que explotase cuando éste hubiera acumulado en su reloj interno una cierta cantidad de tiempo en funcionamiento; no se sabe aún cuánto, los restos se están analizando en el laboratorio de Madrid. La cartera del muerto contiene 2 documentaciones completas, [DNI, tarjetas de crédito, etc], que responden a dos supuestas identidades, Alfredo y Mario; las fotos que hay en ambas documentaciones son de la misma persona, el muerto. Además, han hallado 2 fotografías de 2 mujeres, con 2 direcciones, una vive en Madrid, la otra en Vigo.

Desplazados los agentes a esa dos capitales, se encuentran con 2 tipos de viviendas muy diferentes. La madrileña es un chalet, decorado con muebles de La Oca, bastante despojado de decoración superflua, la de Vigo resulta ser una casa rústica, cerca de la playa de Samil, llena de objetos simuladamente antiguos y algún toque orientalizante de folclore indú. Ambas mujeres afirman que ése es su marido, y que debido a su trabajo al servicio del Gobierno pasaba largas temporadas fuera de casa. Ninguna sabe de la existencia de la otra; aún no les han comunicado ese detalle. Ninguna se explica qué hacía su marido en Torrevieja, lo atribuyen a alguna misión secreta, a un encargo del Gobierno. Finalmente la policía les informa de que están casadas con la misma persona. Tras un primer momento de incredulidad, ambas se derrumban.


En los días siguientes, la policía llega a saber que el muerto tiene 35 años de edad, que no se llama ni Alfredo ni Mario, sino Luis, y que no posee ocupación conocida. Su fuente de ingresos son pisos y casas en alquiler, repartidas por España, fruto de una herencia.


El plan que siguen entonces los investigadores es ver qué punto de unión hay entre los 2, qué cosa en común los convierte en la misma persona. Analizan todas sus facturas, rastrean dónde Alfredo y Mario comían, dónde se divertían, dónde veraneaban; no hay coincidencia alguna, son 2 personalidades realmente distintas. La investigación se atasca. Entonces deciden que un agente viaje a Vigo y otro a Madrid a fin de visitar a ambas viudas.


2

El agente Sabino le pregunta a la mujer de Madrid qué desayunaba su marido, ésta responde Corn Flakes.

-Braulio, -le dice Sabino a su compañero, que está al otro lado del móvil- éste desayunaba Corn Flakes.

-Pues ésta dice que el suyo tostadas con mermelada-, contesta Braulio desde la casa de Vigo.


Sabino pregunta a la mujer de Madrid qué programa de la tele veía su marido, e informa a Braulio:

-Oye, la viuda me dice que, siempre que podía, La Isla de Los Famosos.

-Pues ésta me dice que el suyo nunca veía la tele, que la odiaba.



Sabino pregunta a la mujer de Madrid cuál era el destino turístico preferido de su marido.

-Oye, Braulio, que me dice que El Caribe.

-Pues ésta dice que el norte de Portugal.


Las preguntas se suceden con respuestas distintas, en ocasiones opuestas. Cuando Vigo dice que le gustaba el rojo, Madrid dice blanco, cuando Vigo dice que le encantaban las motos, Madrid dice que ni tenía el carné, cuando Vigo dice que en la cama le gustaba estar debajo, Madrid dice que arriba, cuando Vigo dice que nunca recogía el fregaplatos, Madrid dice siempre lo hacía.


Estando a punto de irse, Sabino pregunta,

-¿Cuál era el sitio preferido de su marido en la casa?

La mujer señala un sillón de cuero.

Sabino le dice a Braulio,

-Oye, aquí es un sillón de cuero, ¿y ahí?

-Aquí dice la viuda que el sofá.


Instintivamente, Sabino y Braulio se sientan cada uno en el sitio preferido del muerto. Permanecen así unos segundos, en silencio, con el móvil pegado a la oreja. La mujer de Madrid se va la cocina y reaparece con una ginebra con limón y cacahuetes, y asegura,

-Esto es lo que tomaba Alfredo cuando se sentaba ahí. A lo mejor a usted le apetece.


La de Vigo trae agua mineral y aceitunas, y dice,

-¿Quiere? A Mario le encantaba tomar esto en el sofá.


Sabino, desde el sillón de cuero, pregunta,

-Braulio, ¿qué tienes delante, qué ves?

No hay respuesta.

-Braulio, ¿me oyes? ¿Estás sentado en el sofá? ¿Qué ves?

-Veo la ventana que da a la calle, y una valla publicitaria al fondo que anuncia una oferta de hornos microondas. ¿Y tú?

Ahora es Sabino quien hace un silencio antes de decir,

-Tengo delante una pared, hay un cuadro, un poco abstracto, como moderno, parece que representa un horno o algo así.

-¿Un horno? ¿Qué clase de horno? ¿Un microondas?

-Es posible que sí. Sí.



En ese momento, en el laboratorio de Madrid acaban de llegar a una conclusión escandalosa: el tiempo programado en el horno bomba para que estallara, es de 13800 millones de años, el tiempo en el que está datado el Big-Bang.


(Argumento modificado del capítulo de la serie Life emitido por Tele Cinco el 27 de agosto de 2008)



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